O portal espanhol "Forum Libertas" publica a seguinte reportagem:
Desde 1977, la Planned Parenthood ha practicado más de tres millones de abortos y ha ingresado 815 millones de dólares; sus ganancias en los últimos 15 años superan los 454 millones Conocemos los eslóganes: derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, libertad de elección sobre cuándo tener un bebé y cuándo no, los derechos reproductivos, la salud psicológica de la madre, el supuesto de las malformaciones del feto… Siendo honestos, se trata de frases hechas difundidas con un plan de promoción estratégico. Y hablar de promoción para legalizar o despenalizar el asesinato del no nacido nos lleva, necesariamente, a referirnos a los promotores. Cada vez más países se decantan por la aprobación de leyes que avalen el así llamado ‘derecho al aborto’. ¿Qué mueve a los legisladores a secundar el asesinato consentido por la madre y protegerlo con la ley? Detrás de determinaciones como esas están los lobbys abortistas. Ya presionando, ya inmiscuyendo a su gente en los partidos políticos, ya ganando a los políticos para su causa, logran que sus iniciativas prosperen poco a poco. Pero, ¿qué interés particular puede tener un lobby para alcanzar ese fin? Hay dos: el ideológico y el económico. Ideología de fondo La teoría neomaltusiana propone planificar de modo centralizado los nacimientos de modo que sean algunos quienes decidan quiénes deben nacer y quiénes no. ¿Razonamiento de fondo? A menor número de personas, mejor distribución de la riqueza. Y como los pobres y enfermos son los que ‘no permiten’ esa adecuada distribución, optan por la eliminación de los pobres y enfermos en lugar de erradicar la pobreza y la enfermedad. ¿Ejemplos? Margaret Sanger, fundadora de la multinacional abortista Planned Parenthood Federation International, quien apoyó abiertamente las prácticas eugenésicas de los nazis y se opuso al crecimiento de las poblaciones de negros, hispanos y pobres. Tener el control sobre la vida de la humanidad, bajo los eslóganes multifacéticos que engatusan a no pocas personas, también permite una nueva forma de neocolonialismo de las grandes potencias. No resulta extraño que precisamente sean los países ‘más desarrollados’ técnicamente los que tengan legislaciones a favor del aborto y lo promuevan en los países en vías de desarrollo. Pero lo ideológico va acompañado de los réditos económicos. Si además de matar se gana dinero, qué mejor. El aborto es un negocio Tan sólo en Europa, según datos de 2005, países como Rumania (739 abortos por mil nacidos vivos), Bulgaria (588 por mil), Hungría (499 por mil) y Eslovaquia (355 por mil) registran un elevadísimo índice de abortos. Según la Asociación Víctimas del Aborto, en 2008 hubo ganancias de más de 40 millones euros por concepto de aborto en España, país que más crece en la práctica de asesinatos al no nacido. En un reporte de ACI prensa de 2002 (Cf. 17 de abril), se reportaba los siguientes datos: “Desde 1977 Planned Parenthood ha recibido 815 millones de dólares por concepto de procedimientos abortivos. Sólo en el año 2000, Planned Parenthood recaudó más de 68 millones de dólares por concepto de procedimientos abortivos. Los procedimientos abortivos representan el 29 por ciento de los ingresos de Planned Parenthood. Durante el año fiscal 2001, el 30 por ciento de los ingresos de Planned Parenthood provinieron de fondos tributarios. La cifra anual de abortos practicados por Planned Parenthood ha crecido progresivamente desde 1994. Las ganancias de Planned Parenthood en los últimos quince años, superan los 454 millones de dólares. En el año 2000, la Planned Parenthood practicó casi el 15 por ciento de todos los abortos en territorio estadounidense. La Planned Parenthood ha practicado más de tres millones de abortos desde 1977. En el libro El imperio de la muerte: quién se está forrando en el negocio del aborto (Ed. Sekotia), el presidente del Instituto Efrat y colaborador del semanario GAMA Análisis y Actualidad, David del Fresno, reporta las siguientes ganancias del aborto en 2005: “En 2005, los proyectos promovidos, dirigidos o en los que participaba el IPPF (Planned Parenthood) recibieron unos 14 millones de dólares en subvenciones y ayudas. De ellos, 3,8 provenían de la Unión Europea, 3,4 de diversos países, y 1,3 del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA). Además, entre 2004 y 2005 recibió directamente 17 millones de dólares de fundaciones filantrópicas (como Bill Gates, Elton John, Ford o Nike) y 140 millones de países. Aunque el IPPF se presenta como organización caritativa, entre 1999 y 2006 tuvo unos beneficios de 40 millones de dólares. 28 de sus directivos cobran más de cien mil dólares al año, y el director, más de medio millón”. Según Negocios.com, un aborto en Europa está en un promedio de 345 euros si se realiza antes de las 12 semanas. Si es después de la semana 20 llega a tener un costo de 1.700 euros. Los costes de capital humano a causa del aborto El capital humano es un factor de riqueza y no de pobreza. Un país que registra pocos nacimientos tiene graves problemas de reemplazo generacional. Pero no sólo el asesinato de los no nacidos tiene su impacto económico. El aborto también tiene implicaciones en la vida personal de las que abortan y, consecuentemente, también en el ámbito social. En un análisis del British Journal of Psichiatry de enero de 2009, los especialistas neozelandeses ponen en entredicho el aborto por el supuesto de daños psicológicos para la madre. “Ningún estudio científico ha hallado que abortar reduzca el riesgo de trastornos psicológicos”, afirman. Según la psiquiatra Carmen Gómez-Lavín, de la plataforma Derecho a Vivir y docente de la Universidad de Navarra, el 65% de las mujeres que abortan sufren estrés post traumático con el riesgo de desarrollar depresión clínica. Las afirmaciones de la doctora Gómez-Levín se apoyan en datos publicados en la Medical Science Monitor por los especialistas J.R. Cougle, D.C. Reardon y P.K. Coleman. El síndrome post aborto también llega a causar trastornos en la sexualidad, abuso de drogas y alteraciones de la conducta. En este sentido, según un reporte del European Public Health de 2005, las mujeres que abortan tienen un riesgo de mortalidad de entre 3 a 6 veces más elevado que de las que dan a luz. El 25 de noviembre de 2008, con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, el presidente del Instituto de Política Familiar de Cataluña, Liberto Senderos, denunció que “el aborto y el infanticidio de niñas por razón de su sexo femenino es la primera causa de muerte violenta entre las mujeres en todo el mundo”. Al respecto, Bénédicte Manier denuncia en su libro Cuando las mujeres hayan desaparecido que “el grado máximo de violencia contra las mujeres es el que les niega el derecho a nacer” (Cátedra. Madrid (2007), 187 pag.). Según el presidente nacional del Instituto de Política Familiar, Eduardo Hertfelder, tan sólo en España ha habido más de 1.200.000 mil abortos de 1985 a 2007. En ese último año, hubo un aborto por cada cinco embarazos. En Europa hay un aborto cada 27 segundos. España es el país que más crece en el número de abortos practicados. En Estados Unidos, una encuesta realizada por el Marist College Institute of Public Opinion, a mediados de 2008, reveló que el 84% de la población es partidaria de restringir el aborto frente al 8% que se decantó por que fuera libre siempre bajo cualquier condición.
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