quinta-feira, 21 de janeiro de 2010

A busca dos prazeres pode causar indiferença pelos males humanos?

Há pouco mais de um mês fizemos uma postagem sob o seguine título: A busca desenfreada pela felicidade pode causar estresse. Verificamos, hoje, que a suposta felicidade baseada no gozo dos prazeres pode também causar indiferença pelos males humanos. Vejam o por quê desta indagação na notícia divulgada pelo "El Mercúrio", do Chile, que estampamos abaixo. Enquanto milhares de haitianos sofrem as consequências do terremoto, a apenas 96 km de Porto Príncipe 7 mil turistas (indiferentes a tudo) gozam as delícias de um cruzeiro numa paradisíaca praia...

Lujoso resort de cruceros revela el contraste económico en Haití

Miles de turistas llegaron desde el fin de semana a las paradisíacas playas. La línea de cruceros defiende mantener las operaciones por las divisas que le genera al país.

Marcela Vélez A.
Haití es uno de los países más pobres del mundo. Pero también es parte del Caribe y, como tal, cuenta con uno de los atractivos más poderosos de esa región: hermosas playas.
A 96 kilómetros de la zona afectada por el terremoto, en una playa alejada de las áreas más pobladas sigue operando hasta hoy el resort Labadee, propiedad de Royal Caribbean International.
Cada semana, y la última no ha sido la excepción, pese a la tragedia, más de 7.000 pasajeros de cruceros de lujo arriban por un día a esta playa cercada y resguardada por un cuerpo de seguridad privado.
"La playa es preciosa, con arena blanca. Cuando llegas te explican que es propiedad de Royal Caribbean y te advierten que no salgas del lugar, porque la gente de los alrededores te puede molestar pidiéndote cosas por la pobreza que hay", relata la chilena Viviana Valenzuela quien llegó hasta Labadee a bordo del crucero Majestic of the Seas en el verano de 1998.
Desde entonces poco ha cambiado. Los haitianos siguen agolpándose cerca de la barrera de 3,5 metros de alto que separa al resort del resto del país. Sólo 200 de ellos están autorizados a entrar en el resort para vender artesanías y productos típicos en una feria, así como en un show folclórico.
Royal Caribbean, además, emplea a otros 200 trabajadores locales en el mantenimiento de las instalaciones, que incluyen un parque acuático.
La extrema seguridad y la pobreza pasan desapercibidas. "En ningún momento se veían ni las cercas ni los guardias, porque había mucha vegetación", cuenta Valenzuela.
La empresa paga al gobierno haitiano, a modo de concesión, US$ 6 por cada turista, según versiones de prensa. Pero ahora teme que la escasez de agua y alimentos provocada por el terremoto lleven a los haitianos a saltar la barrera que rodea el paradisíaco resort.
Polémica decisión
¿Debe Royal Caribbean seguir llevando a Haití a sus miles de turistas, cuando a menos de cien kilómetros el resto del país aún lucha por rescatar a los miles de cadáveres que dejó el devastador terremoto?
Esa era la pregunta que circulaba ayer en medios internacionales, después que la empresa confirmó que tres de sus cruceros de lujo han arribado al que llaman su "paraíso privado" desde el fin de semana, al norte del empobrecido país.
Ante la sorpresa que causó la medida, incluso entre los propios turistas, la empresa defendió su decisión al asegurar que precisamente ahora es cuando Haití necesita ayuda económica.
"Fue una decisión bastante fácil de tomar, más aún después de que el gobierno haitiano nos expresó su deseo de que sigamos operando, tanto por el beneficio económico que la actividad genera, como por la capacidad que tenemos de llevar insumos como agua y alimentos", afirmó en una entrevista el presidente ejecutivo de Royal Caribbean, Adam Goldstein.
DONACIÓN
La empresa se comprometió a donar todos los ingresos del resort a los esfuerzos para la reconstrucción de Haití.

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