terça-feira, 9 de dezembro de 2008

Brasil: reservas indígenas y "kosovización" amazónica

Não conhecemos o senhor Javier González nem sabemos onde está residente o site Cubdest, mas julgamos válido divulgar o teor por ele publicado a respeito da polêmica demarcação da "Raposa Serra do Sol", que estará em discussão novamente a partir de amanhã no STF. Eis o texto, na íntegra, que, apesar de estar em espanhol demonstra conhecer bem a realidade brasileira.

Destaque Internacional - Informes de Coyuntura - Año XI - No. 251 - San José - 06 de agosto de 2008 - Responsable: Javier González

Una "independización" de regiones indígenas fronterizas y una consecuente "internacionalización" de los conflictos regionales podrá provocar un desmembramiento de vastos territorios en el corazón de América del Sur, que se transformarían en tierras de nadie, en las cuales el narcotráfico, guerrillas, ONGs internacionales y entidades de la "izquierda católica" se dedicarían a pescar en río revuelto
1. En Brasil, el actual gobierno lleva adelante un polémico proceso de demarcación de tierras indígenas, en continuidad con medidas adoptadas por gobiernos anteriores y con base en polémicos dispositivos de la Constitución de 1988. Mediante ese proceso se entregará a unos pocos millares de indios gigantescas áreas de Estados fronterizos de la federación brasileña, comparables al tamaño de varios Estados federales brasileños y de algunos países europeos. Lo anterior abre la perspectiva, en el mediano plazo y, tal vez, en el corto plazo, de una "independización" de esas regiones indígenas con relación al Brasil así como de una "internacionalización" de los conflictos provocada por las referidas medidas "independentistas" en regiones fronterizas con Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay.
2. El binomio "independización"-"internacionalización" podría extenderse a esos países limítrofes que en mayor o menor grado también cuentan con poblaciones indígenas en sus respectivos territorios amazónicos, lo que podrá provocar un desmembramiento y una caotización de vastas regiones en el corazón de América del Sur. Esas regiones se transformarían en tierras de nadie en las cuales el narcotráfico, las guerrillas, ONGs internacionales ligadas al Foro Social Mundial (FSM) y entidades teledirigidas por la "izquierda católica" se dedicarían a pescar en río revuelto. Si la llamada "triple frontera" entre Brasil, Argentina y Paraguay suscita tantas aprensiones de seguridad entre los especialistas, es de imaginar lo que podría ocurrir con la multiplicación de gigantescas regiones fronterizas, que quedarían fuera del control de los respectivos gobiernos nacionales.
3. El cuadro que se acaba de trazar sintéticamente no pertenece a un panorama de ciencia-ficción y sí a una realidad que en el Brasil se agravó súbitamente en marzo de este año en torno de la Reserva indígena "Raposa Serra do Sol", en el Estado federal de Roraima (RO), al norte del Brasil, limítrofe con Venezuela y Guyana.
Esa Reserva fue demarcada en 1998 para albergar aproximadamente 19 mil indígenas y se destinó un área de 1,7 millones de hectáreas continuas, o 17 mil Km. cuadrados, equivalente al 47% del territorio del Estado federal de Roraima.
En abril de 2005 la Reserva fue homologada por un decreto del Presidente Lula. Y dando continuidad a la política gubernamental, el 27 de marzo de 2008 el gobierno federal envió contingentes de la Policía Federal para retirar de esa área a todos los habitantes no indígenas, lo que provocó una fuerte reacción del gobernador de Roraima y de la población del Estado, y contribuyó a llevar el tema indigenista a un plano nacional. El gobernador de Roraima, José de Anchieta Jr., apoyado por autoridades locales, por las fuerzas vivas del Estado y por habitantes no indios de la gigantesca área destinada a Reserva indígena, presentó un recurso de amparo ante el Supremo Tribunal Federal (STF), en Brasilia, que fue concedido por la alta instancia judicial hasta que se juzgue el mérito de la acción judicial promovida por el gobernador Anchieta.
4. Los ministros del STF anunciaron que buscarán una solución jurídica que respete al mismo tiempo los derechos de las poblaciones indígenas y los derechos de los habitantes de Roraima; y decidirán también sobre el tamaño y el formato de la Reserva. El presidente del STF, Dr. Gilmar Mendes, propuso el estudio de una solución alternativa a la demarcación continua, que podría consistir en un esquema de islas de preservación. "El modelo del gobierno es muy conflictivo. Precisamos discutir opciones viables. Lo que no se puede aceptar es que se cree un Estado de la federación y después una Reserva que tenga el 40% o el 50% del tamaño del Estado".
Por su parte, el comandante militar de la región del Amazonas, general Augusto Heleno Ribeiro Pereira, consideró el carácter continuo de la Reserva Raposa Serra do Sol como una amenaza a la soberanía nacional, y calificó como "caótica" y "lamentable" la política indigenista del gobierno brasileño.
5. En el debate sobre la referida Reserva, se destacó el senador Jefferson Peres, lamentablemente fallecido hace pocos días atrás. El senador Peres, representante del Estado de Amazonas (AM), profundo conocedor de los problemas regionales e indígenas, desde la tribuna del Senado advirtió que la situación de la Reserva Raposa Serra do Sol podría derivar en un conflicto similar al de Kosovo, ocurrido en la década de 1990 entre separatistas de origen albanés y el gobierno central de Serbia. En esa ocasión, fue suficiente una "declaración unilateral de independencia" de Kosovo para que la Unión Europea reconociese al nuevo Estado; en este sentido, el senador Peres añadió que organizaciones no gubernamentales que defienden la Reserva, notoriamente entidades como el Consejo Misionero Indigenista (CIMI), dependiente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), ya anunciaron que si el STF no acepta la demarcación continua, pedirán la intervención de instancias extranjeras, con lo cual se podría producir la internacionalización del conflicto.
El senador Peres manifestó también su extrañeza por el hecho de que el gobierno haya efectuado una demarcación continua, aún sabiendo que en ese territorio viven representantes de cuatro etnias diferentes "que ni siquiera hablan los mismos dialectos". También rechazó afirmaciones de quienes dicen que se trataría de una disputa entre 18 mil índios y unos pocos agricultores arroceros calificados como "invasores". En ese sentido, como constató el propio senador Peres, quien integró la comisión del Senado que estudió el problema, en la región demarcada viven caboclos que están hace más tiempo que los indios macuxis; y también viven en el área personas que no son indígenas y sí descendientes de colonizadores del nordeste brasileño que llegaron a fines del siglo 18 y se tornaron agricultores, extractores y ganaderos. "Ellos viven allí desde hace generaciones, lado a lado con los indios que se incorporaron a la sociedad, y tienen tanto derecho de vivir allí como tienen los indios, incorporados o no a la sociedad, y la misma legitimidad".
6. En 1987, mientras se debatía el proyecto de reforma constitucional, el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, destacado periodista, escritor y ex parlamentario constituyente, publicó el libro "Proyecto de Constitución angustia al País" (Editora Vera Cruz, São Paulo, 1987) en el cual analizó diversas aberraciones jurídicas del proyecto constitucional, una de las cuales abría las puertas para transformar a los indígenas brasileños, que representan el 0,25 % de la población, en una especie de nueva aristocracia brasileña, al mismo tiempo privilegiada y prácticamente esclava. En efecto, se dará a los indios Reservas territoriales desproporcionadas pero se los mantendrá confinados y viviendo en sus respectivos regímenes tribales, continuando inmersos en el atraso y en la barbarie. Lamentablemente, los constituyentes de 1988 no oyeron esa voz de alerta y aceptaron las absurdas tesis indigenistas, con las consecuencias que el Brasil está presenciando.
7. El problema en torno de la Reserva Raposa Serra do Sol constituye una bomba de tiempo política de dimensiones no pequeñas, pero a pesar de su gravedad no agota el problema indigenista. Baste considerar que la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), un organismo gubernamental brasileño dependiente del Ministerio de Justicia, ya ha registrado 315 reservas indígenas potenciales que podrían dejar en manos de unos pocos millares de indios tierras que suman 73,8 millones de hectáreas. Para ver lo que esto significa, baste considerar que el área cultivable de Brasil suma 62 millones de hectáreas. Los legítimos derechos de los indígenas brasileños y latinoamericanos, que nadie niega, no pueden hipertrofiarse artificialmente de manera que se sobrepongan a los derechos de naciones enteras.

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