O inventor de um instrumento de morte mais famoso, a guilhotina, chamava-se Antoine Louise e não Guillotin. No início, aquela máquina de morte era chamada de "Luiseta". Na Revolução de 1789, a Asembléia Nacional discutiu a urgência de um instrumento de morte que fosse o "menos doloroso possível" e mais rápido na execução. Havia muitos candidatos à morte e eles tinham pressa em eliminá-los. O nome foi dado a Guillotin por causa de seu prestígio junto aos deputados (era um deles) e por causa de sua defesa para o uso da máquina de morte. Tanto Antoine Louise quanto Guillotin eram médicos...
Aquele instrumento tão sinistro já foi esquecido, não se fala muito nele nos dias atuais. No entanto, fala-se numa palavra que pode muito bem substituí-la: a eutanásia. Que, da mesma forma, é muito usada por médicos... que deveriam procurar salvar vidas e não eliminá-las.
Estamos numa época em que a pena de morte (como instrumento de punição dos governos) está sendo cada vez menos usada. No entanto, outra "pena" de morte está sendo posta em prática cada dia que passa. É o que se convencionou chamar de eutanásia, com o fim de abreviar a vida de doentes terminais. Esta coisa tão bárbara e desumana era costumeiramente praticada por nossos selvagens, e de uma forma rápida: usava-se o tacape na cabeça do doente, que em poucos segundos (e não minutos, como diz a notícia abaixo) o padecente estava morto.
Nos Estados Unidos da América, o Dr. Kevorkian (ou Kekorkian, segundo outros), que também é médico, inventou um instrumento para abreviar a morte de certos doentes terminais. Ficou, por isso, cognominado como "Dr. Morte", mas foi processado por assassinato em série e não pôde continuar usando sua máquina assassina.
Agora surge um seu sucedânio, um alemão, pensando, talvez, como os convencionais da Revolução de 1789, que há pressa em eliminar o maior número de pessoas que se possa. Transcrevo na íntrega a notícia divulgada hoje pela ACI Prensa, no original em espanhol, dando conta de novo "invento" para a morte:
Ex Ministro de Justicia alemán crea "máquina suicida" para enfermosterminales
HAMBURGO, 06 Abr. 08 / 04:10 pm (ACI).- El ex Ministro de Justicia de Hamburgo (Alemania), Roger Kusch, presentó hace unos días una "máquina suicida" para que los enfermos terminales en este país puedan terminar con sus vidas cuando así lo deseen.
Según informa la cadena alemana Deutsche Welle (DW), el pasado 28 de marzo Kusch presentó su "invento" ante los periodistas, a quienes explicó que "la máquina está lista para su uso" de modo tal que los enfermos terminales en Alemania no tengan que viajar a Suiza en donde el suicidio asistido sí es legal, explica DW.
"Es el mejor método para los que tienen deseos de muerte", dijo luego a CNN.
El aparato consta de una máquina intravenosa convencional. Se alimenta de dos jeringas, una de las cuales se llena con un anestésico mientras que la otra contiene una dosis letal de cloruro de potasio. Con este aparato, lo único que tendría que hacer el médico es colocar una aguja en la vena del paciente, procedimiento que no iría contra ninguna norma legal en Alemania; y éste último sería quien presionaría un botón colocado al alcance de sus manos para inyectarse el mencionado veneno.
Kusch explicó que el procedimiento de muerte duraría cuatro minutos.
El Obispo Auxiliar de Hamburgo, Mons. Hans-Jochen Jaschke, comentó a la agencia KNA que este aparato es un "instrumento de tortura" y un "juego macabro con la muerte, encubierto con palabras nobles de compasión y apañado por artimañas legales cuestionables".
De otro lado, el Vicepresidente de la Asociación Médica Alemana, Frank Ulrich, advirtió en declaraciones a la agencia DPA que "no necesitamos una máquina asesina, sino cuidado de enfermos terminales y medicinas paliativas que alivien a la gente del dolor y el temor al final de sus vidas".
"Esto atenta contra del espíritu de nuestra ética, el espíritu de nuestra tradición ética, el espíritu de la imagen cristiana sobre ser humano y contra el espíritu de nuestra ley", dijo el director de la iglesia luterana alemana, Wolfgang Huber.
Estamos numa época em que a pena de morte (como instrumento de punição dos governos) está sendo cada vez menos usada. No entanto, outra "pena" de morte está sendo posta em prática cada dia que passa. É o que se convencionou chamar de eutanásia, com o fim de abreviar a vida de doentes terminais. Esta coisa tão bárbara e desumana era costumeiramente praticada por nossos selvagens, e de uma forma rápida: usava-se o tacape na cabeça do doente, que em poucos segundos (e não minutos, como diz a notícia abaixo) o padecente estava morto.
Nos Estados Unidos da América, o Dr. Kevorkian (ou Kekorkian, segundo outros), que também é médico, inventou um instrumento para abreviar a morte de certos doentes terminais. Ficou, por isso, cognominado como "Dr. Morte", mas foi processado por assassinato em série e não pôde continuar usando sua máquina assassina.
Agora surge um seu sucedânio, um alemão, pensando, talvez, como os convencionais da Revolução de 1789, que há pressa em eliminar o maior número de pessoas que se possa. Transcrevo na íntrega a notícia divulgada hoje pela ACI Prensa, no original em espanhol, dando conta de novo "invento" para a morte:
Ex Ministro de Justicia alemán crea "máquina suicida" para enfermosterminales
HAMBURGO, 06 Abr. 08 / 04:10 pm (ACI).- El ex Ministro de Justicia de Hamburgo (Alemania), Roger Kusch, presentó hace unos días una "máquina suicida" para que los enfermos terminales en este país puedan terminar con sus vidas cuando así lo deseen.
Según informa la cadena alemana Deutsche Welle (DW), el pasado 28 de marzo Kusch presentó su "invento" ante los periodistas, a quienes explicó que "la máquina está lista para su uso" de modo tal que los enfermos terminales en Alemania no tengan que viajar a Suiza en donde el suicidio asistido sí es legal, explica DW.
"Es el mejor método para los que tienen deseos de muerte", dijo luego a CNN.
El aparato consta de una máquina intravenosa convencional. Se alimenta de dos jeringas, una de las cuales se llena con un anestésico mientras que la otra contiene una dosis letal de cloruro de potasio. Con este aparato, lo único que tendría que hacer el médico es colocar una aguja en la vena del paciente, procedimiento que no iría contra ninguna norma legal en Alemania; y éste último sería quien presionaría un botón colocado al alcance de sus manos para inyectarse el mencionado veneno.
Kusch explicó que el procedimiento de muerte duraría cuatro minutos.
El Obispo Auxiliar de Hamburgo, Mons. Hans-Jochen Jaschke, comentó a la agencia KNA que este aparato es un "instrumento de tortura" y un "juego macabro con la muerte, encubierto con palabras nobles de compasión y apañado por artimañas legales cuestionables".
De otro lado, el Vicepresidente de la Asociación Médica Alemana, Frank Ulrich, advirtió en declaraciones a la agencia DPA que "no necesitamos una máquina asesina, sino cuidado de enfermos terminales y medicinas paliativas que alivien a la gente del dolor y el temor al final de sus vidas".
"Esto atenta contra del espíritu de nuestra ética, el espíritu de nuestra tradición ética, el espíritu de la imagen cristiana sobre ser humano y contra el espíritu de nuestra ley", dijo el director de la iglesia luterana alemana, Wolfgang Huber.
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